Aprendiz de agua y tierra
Un viejo poblado a bandonado. Ruinas, maderas viejas. Una antigua mansión. El artesonado. El adobe. Y ella . Me miró con gesto adusto entre sutilezas: "Soy mujer. Y como tantas hembras aprendí a ser fértil, a ser tierra, a entregar mi humus en cada gesta. A bsorbí el rocío de cada afrenta de cada surco abierto en mis venas de cada arado que exploró mis sendas. Soy aprendiz de agua y tierra. Soy barro. Soy ofrenda. Pero la sal me acecha. Me resquebraja. Me quema. ¿Aprenderás tú por mí? ¿Me devolverás mi humedad sedienta?" N o supe qué responder. Arduo habitar una mansión de tierra y sal sin agua ni flechas que te enaltezcan. Volví a oír su voz, suave, grácil, como una letanía lenta: "A u fil de l’eau irás a-prendiendo...