Brisa, musgo, agua
Yo sé querer como la brisa quiere, como el agua virtiéndome, entera, entre resquicios que va dejando silente el musgo en la piedra, despeñándome vehemente, arrojándome entre areniscas, sin esperar ni tan siquiera la espera. Yo sé querer, o sabía o supe. Yo sólo sé que un día quise. Y el fuego anudó mis propias malezas. Índigo, de trazos e imágenes.