Casa, Al Berto
durante la noche la casa gime se agita y el frío arrecia en el interior frío del ojo de tu sombra sentada en la mecedora aparentemente vacía esperas desvelado y sin sueño que la temperatura de la casa se funda con la temperatura incierta del mundo después escribes exactamente esto: el horror de los días se secó entre los dientes y, ronco, plegado hacia el interior de tu propio pensamiento herido, atraviesas las sílabas diáfanas del poema te levantas tarde aturdido para extinguir la luz avivada junto a la memoria de la casa – respiras hondo para que el hielo se funda y ahogue la vulgar noche del mundo te miras en el espejo te atribuyes un nombre un cuerpo un gesto duermes con el árbol de saliva de las islas – con un viento que arrastra consigo esta lluvia de fósforo y estos presagios de huesos tranquilos nuria p. serrano, ÍndigoHorizonte 2017 , de la imagen y la traducción al castell...