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Mostrando entradas de octubre, 2015

Prematuros ojos, Mia Couto

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ÍndigoHorizonte 2015  (nuria p. serrano), de la imagen. PREMATUROS OJOS Traducción:  ÍndigoHorizonte 2015 ( nuria p. serrano) Original:  © Mia Couto Mucho antes de mí, mis ojos iban desnudando el mundo. Lo que fue ropa había caído en un oscuro abismo, ave  desolada   bajo la lluvia. Y no era ropa, era alma humana, sueños en busca del tiempo. Inclinada en la orilla, la lavandera sabe: no es la ropa lo que aclara. Es el propio río lo que lava. Y en su vientre, donde la luz se arrodilla, cierta vez se deshizo la trenza ciega del Tiempo. Por eso, madre, mis ojos son tuyos. Y no sirven para ver. Apenas para recordar. Lo que antes de ser luz fue palabra y cuerpo. ÍndigoHorizonte 2015  (nuria p. serrano) de la imagen y de esta versión del poema Prematuros Olhos de © Mia  Couto , que puede leerse en portugués en  vagas e lumes , 1ª edición, 2014 ©Caminho, ISBN 978-972-21-2716-5.
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© Índigo-2015  (nuria p.serrano), de trazos e imagen. la loba huele la nieve la fuente teje su transparencia
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PARA DAR AL ROSTRO LA SUSTANCIA SUAVE Traducción e imagen: nuria p.serrano,  ÍndigoHorizonte-2015 Original:  António Ramos Rosa Para dar al rostro la sustancia suave de una corola aérea o de un fruto indolente para que la metáfora viva de la rosa coincida con la boca para que ascienda del vientre la columna de agua armoniosa para beber las lámparas abiertas de un pecho liberado es preciso que el cuerpo se torne órgano del mundo y sin ornamentos brasero puro de la desnudez Escribir solo con la minuciosa indolencia del amante que boga en una nube límpida de pura adoración y surca la materia deseada y abre el mundo por dentro ©Índigo-2015 (nuria p.serrano) de la imagen y la traducción del poema de ©António Ramos Rosa cuyo original,   Para dar ao rosto a subst â ncia suave , se puede leer en:  Génese , António Ramos Rosa, Roma Editora, Abril 2007, ISBN: 972-8490-55-0.
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© Índigo-2015  (nuria p.serrano), de trazos e imagen. Solo en soledad el colibrí el ala la tierra alba la sangre la ceniza y el punzón de la oruga en la orilla la carne en el templo de la ofrenda la dicha la locura alada hormiga el barro húmedo sosiego de la médula el gozne el huracán la herradura y el punzón de la oruga  que no miente. Nunca .
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© Índigo-2015  (nuria p.serrano), de trazos e imagen. Cuatro dedos  para la calma tres, solo tres,  y el alba para la llama
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ÍndigoHorizonte 2015 , de trazos e imagen. EL MANANTIAL Aún recuerdo el manantial.  Y su misterio. Ha pasado mucho tiempo ya, pero aún lo recuerdo. Es un arpegio vago como un eco, un murmullo de olas sin orilla. Sin embargo, al cerrar los ojos, ulula en mí su aullido inconfundible y me empapa la densidad de su caricia, y su pálpito de gacela líquida. En esta tempestad que ahora me habita es el manantial mi mejor herida. Como albatros se anuda a mi cuello, crepita de esperanza como un sueño, incendiándome de lluvia enfebrecida, y en mi umbral de tierra y espiga siento el frenesí del agua, la delicia que limpia la fisura.