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Mostrando entradas de febrero, 2011

A ti, Amancio Prada, À toi, Léo Ferré

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A ti , Amancio Prada , versión de À toi, de Léo Ferré , primera canción del disco de Amancio titulado  Vida de Artista , Canciones de Leo Ferré , que recomiendo. La floresta que clava en el sol una lanza Las promesas perdidas ya sin esperanza La paloma asustada que el halcón alcanza Los diamantes esquivan la pálida roca En la calle los ojos se comen tu boca El asfalto que pisas mi voz que tu tocas Los amantes ardiendo abrazados a un lirio Esas curvas fatales que causan delirio Y los fieros conversos que van al martirio El vientre del ahorcado que tensa la soga Los vestidos de tul en patéticas bodas Suerte a los emigrantes que tienen tan poca El futuro en las manos que lee la gitana Baudelaire y Shakespeare en la senda profana Los caballos heridos en plena batalla Un taller sumergido con mil costureras Una cama que tiene al sol de cabecera El catón de la vida una página entera Los violines que lloran las ruinas futuras Esa venta de entrañas la telebasu

Calles sin ríos. Rosa Alice Branco

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Calles sin ríos Ciudad pequeña. Calles circulares. ¿Me oyes? ¿U oyes mi voz que nada dice? Poco a poco fui tornándome invisible. Tú me dejabas ser un pájaro en el nido y me dabas picadas de amor. Ahora las calles van a dar a otras calles. A veces al mar. El fondo lleno de gritos depositados en la arena. Son despojos de guerra, de luchas diarias que roen los huesos. Pregunto si me oyes. Sacudo la arena de los zapatos. Mi pie descalzo, mi voz invisible, mi cuerpo expuesto a la luz. ¿Podía haber sido de otro modo? La luz camina a ciegas sin sombra que la abrigue. Tu collar brilla sobre el vestido negro. La verdad tiene un lado oscuro, mas tus ojos cuentan historias de amor. Quiero adormecerme en la cama de tus ojos. Traducción: Índigo ---------------------------- Índigo (nuria p.serrano), de la imagen y de esta versión de un poema original en portugués de Rosa Alice Branco , que forma parte de su libro Soletrar o dia .

Ritmo, Pablo Guerrero y Leo Minax

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Ritmo  da lua ritmo do sangue ritmo dos atomos. Ritmo do verso ritmo da arvore ritmo da fruta. Ritmo do azul ritmo de maio ritmo da sombra. Ritmo dos dias ritmo das asas Ritmo dos passos. Mas ao ritmo e ao calor das tuas maos na minha pele mas ao ritmo do teu amor voltarei. Ao teus beijos nus tua cintura de prata sorriso do ceu. Teu sexo de trigo tua boca de seda teu ventre de sol. Tudo e ritmo. ________________ Letra de Pablo Guerrero para Leo Minax (2002). Y en castellano, y en la palabra de Pablo, dice: Ritmo de luna ritmo de sangre ritmo de átomos. Ritmo de versos ritmo de árboles ritmo de frutas. Ritmo de azules ritmo de mayo ritmo de sombras. Ritmo de días ritmo de alas ritmo de pasos. Mas al ritmo y al calor de tus manos sobre mi piel. Mas al ritmo de tu amor volveré A tus pechos desnudos a tu cintura de plata a tu risa de cielo. A tu sexo de trigo a tu boca de seda a tu vientre de sol. Todo es ritmo. Pablo Gue

Ataúd I - José Rui Teixeira

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Ataúd I Mecemos excesivamente a nuestros muertos, me decías. Mecemos excesivamente a nuestros muertos, me decías. Sus ojos negros, acuáticos, misteriosamente náufragos del tiempo como momias de niños enfermos del amor de los padres o árboles erguidos, ensimismados en su propia soledad. Yo también me demoro observando tu desnudez, sin olvidar que también tú morirás un día. Háblame secretamente de las magnolias, del modo Háblame secretamente de las magnolias, del modo en que caen los pétalos sobre la tierra en los últimos días Los que no saben de la súbita dulzura de las mañanas, recogen silenciosamente fragmentos de la luz de marzo. Mas tú nunca caminas sobre el trigo, ni asistes a la devastación de un amor mayor que la muerte. Derramarás tu sangre en la tierra incendiada, para que lloren las flores el ineludible desecho del invierno. Mecemos excesivamente a nuestros muertos. Mecemos excesivamente a nuestros muertos. Descarnamos sus huesos como si nos ardies

Corpo no mar, Cecília Meireles

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En agradecimiento a Tania Cuerpo en la mar Agua densa del sueño, ¿quién navega? Contra las auroras, contra las bahías: barca inmóvil, estrella ciega. Bate el viento en la vela y no la cimbrea. - ¡No fue por mí! Se partirán los amarres, rodarán los mástiles, los remos se adentrarán en  la arena... Se torcerán los remos, y trazarán raíces. - Inútil forzarlos – se arrastran, huyen en la sombra secreta de eternos países... ¡Se tornó la vela en nube clara! Llorarán mis ojos, mis manos correrán... - ¡Alto y lejos! – No fue por mí... Y apenas para un cuerpo en la barca vacía, a merced de las metamorfosis, ojos virtiendo melancolía... El viento sopla en el corazón. ¡Adiós a todos los meridianos! Yago en un cajón. Sobrevive el mar en mi oído... «¡Marinero! ¡Marinero!» (Islas... Pájaros... Puertos... – ese ruido, - ¡El mar... El mar!... ¡El mar entero!...) ¡Mas es tiempo perdido! Índigo (nuria p.serrano) de las imágenes y de esta versión de un p

Inventar a pele- Rosa Alice Branco

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Inventar la piel Y una vez más. La mano en la manivela que hace girar el tiempo. Éramos invisibles en medio de la gente. Todo era secreto, cómplice de nuestro suave ascenso. Saborear la elevación del cuerpo, el ruido de la madera, la puerta en espera y el después de la puerta. El otoño llega deprisa. Guardar el verano, restos de sol en la cima de la escalera. Fue feliz el vestido estampado. Había un viento leve, tu piel tocaba la mía, el mar pasaba entre los pies y huía. Sentir tu cuerpo como no llevar vestido. Arrojar las camisolas, y ver tu mano interior inventando la piel. Ella está al sol con un collar que llega a su pecho. Directa como si no doliese el tiempo. Ella estará cuando nosotros no estemos, y envejeceremos en las cuentas del collar . Índigo, de la imagen y de esta versión al castellano, de un poema en portugués de Rosa Alice Branco . Es un poema extraído del libro, Soletrar o dia .

El cuerpo no espera, Jorge de Sena

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El cuerpo no espera. No. Ni por nosotros ni por el amor. Esta senda de manos, tan reticente cuestionándonos la cálida sequedad satinada, la que palpita al ser adivinada en solitarios movimientos vanos; esta senda en que nosotros no estamos sino más bien una sed, un recuerdo, todo lo que sabemos de tocar desnudo el cuerpo que no espera; esta senda que nada sabe, ni ve, nada osa temer en su temor agudo… ¡Tiene tanta prisa el cuerpo! Y ya pasó, cuando uno de nosotros o el amor llegó. Índigo (nuria p.serrano)  de la imagen y de esta versión al castellano de un poema de Jorge de Sena.

Azules

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Ante el loto azul, anclé los anaqueles de la memoria; abrí la rosa de los días, pétalo a pétalo; tragué azules; saboreé rojos... Y quedé balbuciendo, con la certeza del olor acre de antaño, y musitando, con la osadía de los sonidos ávidos, apasionados y sabrosos de hogaño. Y vacié los anaqueles para llenarlos de hojas nuevas , atadas con el delgado hilo de la memoria, frágil, de los años. Índigo, de trazos e imagen.

Conozco la sal, Jorge de Sena

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Conozco la sal de tu piel seca cuando el estío se volvía invierno de la carne reposando en sudor nocturno. Conozco la sal de la leche que bebíamos cuando de las bocas se perfilaban labios y el corazón en el sexo palpitaba. Conozco la sal de tus cabellos negros o dorados o cenicientos que se enredan en este sueño de brillos azulados. Conozco la sal que queda en mis manos como en las playas el perfume se ancla cuando la marea baja y se retrae. Conozco la sal de tu boca, la sal de tu lengua, la sal de tus pezones y la de la cintura arqueándose en cadera. Y sé que la sal de todo es solo tuya, O es de mí en ti, o es de ti en mí, un cristalino polvo de amantes enlazados. Índigo Horizonte 2011, de las imágenes y de la versión en castellano del poema de Jorge de Sena   Conheço o Sal. Primera edición en IH: 4/2/2011, 18:39. Reedición: