Luz de estío 3
Cuando la primavera pasa y llega el estío, preparas el pequeño baúl. En él guardas los pétalos secos del almendro, las cartas breves que escribiste y quedaron sin sello, el libro sin fin de los sueños y las fotos de un pasado que inventaste para creerlo. Lo envuelves todo con tus ansias y tus miedos y depositas el baúl sobre la mesa donde, lejana, la radio suena, a la espera de que un día, cuando el otoño irrumpa con su canto dulce y sus hojas muertas, lo arrojes al mar con sosiego por si las olas rompen del invierno el descontento.
nuria p. serrano, ÍndigoHorizonte 2017, de los trazos.