Aurora Boreal


Cuando sientas la aurora crepuscular, déjala hurgar silenciosa en lo que de verdad tiene la mentira. Observa cómo sus hilos verdiazules hilvanan la impostura. Demórate en la agudeza con que la aguja te muestra el hueco y cose lentamente las heridas. Cierra los ojos luego y, desde la ceguera más ciega, sé, también tú, luz e hilván y dobladillo y aguja y pespunte ensimismado en suave y lenta sutura.

IH, de trazos e imagen.


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