Ojos de liquen y arena


¡Te sienta tan bien enrojecer!
¡Lamo tus ojos de liquen
y arena!
Veo tu piel erizada,
tus poros abiertos,
desgranando perlas.
Tu cuello se tensa.
Tus ojos se vuelcan.

¡Te sienta tan bien enrojecer!
¡Palpo tus ocres de alga
y marea!
Tus humedades de miel me alientan.
Sorbo tu esencia.
Recorro tus sendas.
Bebo tu néctar.
Me turbas y domas.
Me quemas.

Y enardecida te bebo,
ávida del generoso vino
que me entregas.
Y transmutada me olvido
de tantos y tantos granos de arena.


Y como pequeño insecto, se enreda entre musgos y líquenes, diminuta y ajena, moldeando, entre sus patas, tenues y quebradizas bolas de barro, musitando suavemente sonidos de otras hojas secas, otras aguas, otros vientos, otras tierras: Je t'appartiens.



Índigo, de trazos e imagen. Pink Martini y Eddy Mitchell, de la música enlazada.

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