Gravitación universal, Rosa Alice Branco


De nuevo el mar que espero,
sentada a la ventana que da a las rosas.
Que da a todas las calles por donde pasé
acompasada a tus pasos. A la calle
donde volvimos la cabeza para no ver
al hombre desvanecido en el suelo.
Después comimos en casa de un amigo,
bebimos y hablamos como si la vida fuese eterna.
A la vuelta la calle estaba limpia, sin señales
de sangre. Las luces sobre el mar en ambas orillas
y tu mano en mi pierna. Allí en el cielo
un hombre deshabitado buscaba sus alas.
Nada sé de ángeles, yo que cada día espero el mar.
Creo en la rotación de la tierra y en la ley de la gravedad.
Pero cuando llegas el cuerpo no tiene peso
y las palabras vuelan alrededor
empapadas en sudor. Y llega el mar.

nuria p. serrano, ÍndigoHorizonte 2011, de las imágenes y de esta versión en castellano del poema de Rosa Alice Branco titulado Gravitação universal.


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