Extractos de Rostro Precario, Eugénio de Andrade.

Traducción e imagen: nuria p. serrano, Índigo Horizonte 2017.
Texto original: Eugénio de Andrade.

Si hay en la tierra un reino que nos sea familiar y, al mismo tiempo, extraño, cerrado en sus límites y, simultáneamente, sin fronteras, ese reino es el de la infancia. A ese país inocente, de donde se es expulsado demasiado pronto, apenas se regresa en momentos privilegiados -a tales regresos se llama, a veces, poesía.

La seducción de los niños proviene más que nada de su proximidad con los animales. Su relación con el mundo no es de utilidad sino de placer. Los niños no conocen aún los dos grandes enemigos del alma, que son, como dice Saint-Exupéry, el dinero y la vanidad. Estas frágiles criaturas, las únicas que desde el origen están destinadas a la inmortalidad, son también las más vulnerables: tienen el pecho abierto a las maravillas del mundo pero están indefensos ante la bestialidad humana, que, a pesar de tanta tecnología punta, no disminuye ni se extingue.

La infancia en el poeta jamás se extingue. Tal vez por eso sean tan vulnerables los poetas. 

nuria p. serrano, ÍndigoHorizonte 2017de la imagen y de esta versión de algunas palabras de Eugénio de Andrade que pueden leerse en portugués en Rosto precário, Assírio & Alvim, ISBN 978-972-37-1815-7.



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