Quisiera que tú me entendieras a mí sin palabras. Sin palabras hablarte, lo mismo que se habla mi gente. Que tú me entendieras a mí sin palabras como entiendo yo al mar o a la brisa enredada en un álamo verde. Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte, hace ya mucho tiempo aprendí hondas razones que tú no comprendes. Revelarlas quisiera, poniendo en mis ojos el sol invisible, la pasión con que dora la tierra sus frutos calientes. Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte. Siento arder una loca alegría en la luz que me envuelve. Yo quisiera que tú la sintieras también inundándote el alma, yo quisiera que a ti, en lo más hondo, también te quemase y te hiriese. Criatura también de alegría quisiera que fueras, criatura que llega por fin a vencer la tristeza y la muerte. Si ahora yo te dijera que había que andar por ciudades perdidas y llorar en sus calles oscuras sintiéndote débil, y cantar bajo un árbol de estío tus sueños oscuros, y s...
Excelente toma. La belleza del abandono y la decadéncia.
ResponderEliminarUn abrazo Núria
He leído el poema varias veces...me encanta.
ResponderEliminarY lo veo ahí sentado/aislado, en la puerta de esa casa abandonada.
Gracias por estas entradas ...
un abrazo
Resulta tan difícil a veces entenderse uno mismo.
ResponderEliminarMe encantan esos ocres, Nuria.
Un abrazo.
Bonito poema !!! Esos colores arcillosos de las construcciones antiguas son el recuerdo del pasado...
ResponderEliminarUn abrazo
Un poema lleno de intención, impulsa a reconocerse, a buscarse y saber que somos lo que se ve y tal vez... algo más. Un abrazo fuerte amiga.
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