Alegría, Fernanda de Castro




De pasadas tristezas, desengaños
amarguras vividas en treinta años,
de viejas ilusiones,
de pequeñas traiciones
que encontré en mi camino…,
de cada injusto mal, de cada espino
que en mi pecho dejó la nube oscura
de una nueva amargura…


De cada crueldad
que puso de luto mi mocedad…
De cada injusta pena
que un día envenenó y aún envenena
mi alma que fue tranquila y fuerte…

De cada muerte
que vive en mí y labra mi vida,
de cada cicatriz,
vi el barniz
no de tristeza, ni de dolor, ni de nostalgia
sino de heroica alegría.

Alegría sin causa, alegría animal
que ningún mal
puede vencer
¡Ardiente placer
de respirar!
Voluptuosidad de tocar
la tierra honesta con los pies descalzos.

Placer de abandonar los gestos falsos,
placer de regresar,
de respirar
honestamente y sin caprichos,
como las hierbas y los bichos.

Alegría voluptuosa de morder
frutos y de oler rosas.

Alegría brutal y primitiva
de estar viva,
feliz o infeliz
pero bien aferrada a la raíz.

Voluptuosidad de sentir en mi mano
la corteza del pan.

Voluptuosidad de sentirme ágil y fuerte
Y de saber al fin que sólo la muerte
es triste y sin remedio.
Placer de anegar y destruir el tedio,
ese extraño cilicio,
y de entregarme a la vida como a un vicio.


¡Alegría!
¡Alegría!

¡Voluptuosidad de sentirme cada día
más cansada, más triste, más dolorida
mas cada vez más atada a la Vida!


Fernanda de Castro, en "D'Aquém e D'Além Alma"






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Índigo (nuria p.serrano), de las imágenes y de esta versión del poema de Fernanda de Castro (Lisboa 1900-1994).







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