Puerta, poesía, gatos, sombra, sol




Soy la sombra que abre la puerta, la sombra que se vierte entre amarillos: Luisa. Y esta vieja conocida es mi puerta, tan vetusta casi como yo. 

Los vecinos murmuran al verme llegar todos los días, puntual a la cita, pero yo no me inmuto. Cuido a estos cinco gatos callejeros y ellos a la vieja puerta de la bodega. Y juntos, la puerta, los gatos y yo, sonreímos. Ellos saben que la puerta les cobija y yo los nutro y abrevo. Y ríen ellos. Y río yo. Y yo me asombro y miro la sombra en el portón, acicalado de sol, mientras ella toma fotos, sin acercarse demasiado, para no invadir este pequeño espacio infinito que sólo pertenece a la puerta, la poesía, los gatos, mi sombra y yo.  
 
Índigo Horizonte 2012, de imagen y trazos. 

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