Puerta, poesía, gatos, sombra, sol
Soy la
sombra que abre la puerta, la sombra que se vierte
entre amarillos: Luisa. Y esta vieja conocida es mi puerta, tan vetusta casi como yo.
Los vecinos murmuran al verme llegar todos los días, puntual a
la cita, pero yo no me inmuto. Cuido a estos cinco gatos callejeros y ellos a la vieja puerta de la bodega. Y juntos, la puerta, los gatos y yo,
sonreímos. Ellos saben que la puerta les cobija y yo los nutro y
abrevo. Y ríen ellos. Y río yo. Y yo me asombro y miro la sombra en el
portón, acicalado de sol, mientras ella toma fotos, sin acercarse demasiado, para no invadir este pequeño espacio infinito que sólo pertenece a la puerta, la poesía, los gatos, mi sombra y yo.
Índigo Horizonte 2012, de imagen y trazos.
Aclarado, todo aclarado. Tu pequeño relato convulso y cálido a la vez.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y la puerta habló, y tuvo voz y sentimiento. Y la poesía habló -como siempre de la mano de las metáforas-. y los gatos y la sombra observan, es la hora de mundos nuevos.
ResponderEliminarBello mi amiga querida.
Besitos desde mi búsqueda de soles.
Cuando un gato nos ríe los portones son del paraíso.
ResponderEliminarBesos.
Otro precioso B/N con exquisitas texturas. Seguro que los gatos se sienten felices cuando se acerca esa sombra. Besos.
ResponderEliminarLos vecinos siempren murmuran ante algo que ellos no harían.
ResponderEliminarSigue dejándonos creaciones tuyas porque son preicosas y están cargadas de fuerza.
Un abrazo