Rainer Maria Rilke, según Marguerite Yourcenar

 

Pienso en Roma y en el circo: las fieras, los gladiadores, el público: casi el espectáculo cotidiano en esta España roma tan nuestraVuelvo a pensar en los sin refugio. Y yo, que sí tengo refugio, releo una edición bilingüe en francés y alemán de Gedichte an die Nacht, de Rainer Maria Rilke. El prólogo de Marguerite Yourcenar, siempre aguda y lírica, me conmueve. Me autoexilio: abro el libro.

RAINER MARIA RILKE
Texto original, en francés: Marguerite Yourcenar, 1936. Trad.: IH 2015

"(...) Respeto por las personas, respeto por sus almas invisibles, o tan poco, tan mal adivinadas; respeto por sus cuerpos tristes que ellas mismas no respetan, contentándose de adorarlos, torturarlos, o negarlos. Respeto por las cosas de las que las personas abusan, con más inconsciencia aún, y que tratan peor que a su propio corazón. Respeto por el silencio, cuajado del pálpito de las voces futuras; respeto por el pasado, que es tan presente como la huella que dejó en el joyero el anillo cuando ya está en el dedo, y respeto por el instante presente que pronto irá a añadirse al pasado, atraído por el imán del Tiempo. Respeto por los ángeles que son nuestros guardianes y que quizá sean nuestras almas; respeto también por nuestros demonios, que no son sino la sombra que nuestros ángeles acarrean. Respeto por Dios, aun si no es, porque no ser es una forma algo más noble y pura de existir, y porque es nuestro, al menos en esperanza y deseo. Respeto por el amor, que hombres y mujeres ya no respetan, pues tienen miedo de tener que ser dignos de él. Respeto por la muerte, que es el fruto de nuestra vida, y casi su descendiente. Rilke respetó todo esto, y pasó su existencia venerándolo, posando sobre todo ello unas manos cada vez más temblorosas pero que, como las del amante, solo tiemblan de valentía. En una época que se muere de aridez desdeñosa y brutal indiferencia, Rilke es el único poeta al que todo, todas y todos confesaron sus mayores secretos pues fue el único que entendió la necesidad de rendirse. (…) Hace diez años ya que Rilke entró en esa tierra en la que el sepulturero de sus cuentos esperaba escarbar lo bastante como para al fin reencontrarse con Dios, y ya la obra de este poeta se eleva como la de un ángel y ofrece a los desdichados el bálsamo de su propio llanto."

Traducción e imagen: Índigo Horizonte 2015. El texto original se puede leer en Poèmes à la nuit, Rainer Maria Rilke, Éditions Verdier, ISBN: 978-2-86432-189-7, 2012.


Entradas populares de este blog

Carta a Josefa, mi abuela, José Saramago

Los verdaderos poemas son incendios, Vicente Huidobro

Respuesta, José Hierro

Para ser Grande, Ricardo Reis

Obsesión del Mar Océano, Mário Quintana