Aprendiz de agua y tierra



Un viejo poblado abandonado.
Ruinas, maderas viejas. 
Una antigua mansión. 
El artesonado. El adobe. Y ella.
Me miró con gesto adusto entre sutilezas:

"Soy mujer. Y como tantas hembras
aprendí a ser fértil, a ser tierra,
a entregar mi humus en cada gesta.
Absorbí el rocío de cada afrenta 
de cada surco abierto en mis venas
de cada arado que exploró mis sendas.

Soy aprendiz de agua y tierra.
Soy barro. Soy ofrenda.
Pero la sal me acecha.
Me resquebraja. Me quema.
¿Aprenderás tú por mí?
¿Me devolverás mi humedad sedienta?"

No supe qué responder. 
Arduo habitar una mansión de tierra y sal 
sin agua ni flechas que te enaltezcan.
Volví a oír su voz, 
suave, grácil, como una letanía lenta:
"Au fil de l’eau irás a-prendiendo"

Me marché.
No he vuelto a saber de ella.

nuria p. serrano, ÍndigoHorizonte 2013-2016, de trazos e imagen.

Comentarios

  1. Todos somos aprendices de algo, aunque muchas veces no sepamos exactamente de que.
    Un fuerte abrazo Núria

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  2. Dibujo ?

    "Soy mujer. Y como tantas hembras
    aprendí a ser fértil, a ser tierra,
    a entregar mi humus en cada gesta...."

    Pobre de la que no aprenda.

    Muchas gracias por pasar por mi blog y comentar. Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Se marchó, no se podía quedar, tenía que seguir aprendiendo y enseñando a la vez todo lo que sabía.
    Alguien me dijo una vez: "lo poco que sé me gusta enseñarlo".
    Un abrazo.

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  4. la razón de ser primera, saberse aprendiz antes que enseñante !!


    besos abrazos



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Entre la palabra y el silencio, el sosiego.

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