Quisiera que tú me entendieras a mí sin palabras. Sin palabras hablarte, lo mismo que se habla mi gente. Que tú me entendieras a mí sin palabras como entiendo yo al mar o a la brisa enredada en un álamo verde. Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte, hace ya mucho tiempo aprendí hondas razones que tú no comprendes. Revelarlas quisiera, poniendo en mis ojos el sol invisible, la pasión con que dora la tierra sus frutos calientes. Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte. Siento arder una loca alegría en la luz que me envuelve. Yo quisiera que tú la sintieras también inundándote el alma, yo quisiera que a ti, en lo más hondo, también te quemase y te hiriese. Criatura también de alegría quisiera que fueras, criatura que llega por fin a vencer la tristeza y la muerte. Si ahora yo te dijera que había que andar por ciudades perdidas y llorar en sus calles oscuras sintiéndote débil, y cantar bajo un árbol de estío tus sueños oscuros, y s...
Me gusta mucho este andar tuyo, me quedo pensando en el primer verso y su verbo y, me pregunto, si entre tanta prisa, tanta pantalla que mirar, tantos clic que pulsar...
ResponderEliminarMe pregunto, si en verdad somos conscientes de habitar antes de partir.
Gracias y abrazos.
Lo importante es avanzar, aunque sea despacio, bajo ese sol que vigila nuestros pasos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Habitamos un lugar de transito amiga Indigo. Y la vida va pasando y dejando sus huellas imborrables, pero ciertas hasta la extenuación y por eso, tan nuestras. Un abrazo b
ResponderEliminarPoco a poco el frío va llegando, el invierno empuja a este otoño raro que hemos tenido, el tiempo va pasando y no nos damos cuenta. Me encanta tu poema.
ResponderEliminarFeliz semana, Nuria.
Me gustan mucho esos versos... y la música de Liszt, el complemento perfecto.
ResponderEliminarUn abrazo Núria
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ResponderEliminarIndudablemente, tus poemas está llenos de sensibilidad.
El sol del invierno vigila tus pasos, que saben que esperan un Sol Invictus, pronto.
Un beso
· LMA · & · CR ·