La rêveuse y la montaña mágica
Si abres los ojos, puedes
oír
oír
la montaña:
Al borde del sueño, en la cima adivinada, me ves. Revelas fotografías. Hablas y parece que mientes. Callas y parece que olvidas. En la infinita cumbre efímera escuchas el agua. Y el hielo. Pero escuchar no basta y ya solo de tus pestañas oyes ecos. Dices cuanto sabes y sientes. Y quedas sin alma, sin habla, balbuciendo. Debes aprender a callar. El fuego cuando se revela no se sabe revelar. Crees adivinar pero adivinar no basta. ¡Si tan solo supieras adivinar y callar! Mas nada temas. Persevera: también tú serás efímera infinita. Y sabrás.
Índigo Horizonte, de trazos e imagen (reedición).
En eso estoy, tratando evitar que mis sueños se precipiten montaña abajo.
ResponderEliminarJordi Savall, otro sueño, ver una actuación suya en directo.
Besos, Nuria.
Cierto, escuchar ya no es suficiente, ahora toca callar, dejar que el silencio, tu silencio, el mío, el de cada cual, deje espacio a esa nada absoluta que nos permite ser entes etéreos llenos de vida.
ResponderEliminarUn abrazote y cuídate mucho.
Bueno, reeditar una buena fotografía no es malo sobre todo si va acompañada de una buena música.
ResponderEliminarUn abrazo y cuidate.
·.
ResponderEliminarQué extraordinaria combinación.
Con el Tejón, ya quisiera estar en una de sus actuaciones...
Y además la foto. Seguro que, también, con el Tejón, me perdería en esa montaña.
Oír la montaña... Sí. Se oye. Allí no existe el silencio. Uno mismo es el sonido.
Un abrazo Nuria... y a cuidarse !
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LaMiradaAusente · & · CristalRasgado