Entradas populares de este blog
El pájaro cierra los ojos, Cristina Cabada - IH
El pájaro cierra los ojos asegura así la permanencia de su vuelo a través de las horas la supervivencia de esa línea frágil por él trazada en el transcurso de los días mientras hubo tiempo tiempo minuciosamente destilado así afirma el pájaro los fundamentos de su obra: entregado a la fértil tarea de recordar las ventanas enormes del edificio que se asoman taciturnas al paisaje ÍndigoHorizonte 2013 , de las imágenes y de esta versión en castellano del poema de Cristina Cabada que puede leerse en el original en gallego a continuación. ¡Gracias, Cris! O paxaro fecha os ollos ( Cristina Cabada ) asegura así a permanencia do seu voo por entre as horas a supervivencia desa liña fráxil por el trazada no decorrer dos días mentres houbo tempo tempo minuciosamente destilado así afirma o paxaro os fundamentos da súa obra: entregado á fértil tarefa de lembrar as fiestras enormes do edificio que debruzan silandeira...
Arena de mil desiertos - IH
L e hubiera gustado contarte muchas cosas. Mil granos de huellas por cada ola en la arena. Pero apenas tenía nada que decir. Más que individuo era gente. Silencio. Barbecho. 804 kilos de espasmo. Tuétano. Amalgama de ría: corriente, tierra buscando una sombra acesa . Prístina está la mar, Cristina. ¿Arde entre nubes el bosque? Riadas de tempo son sangue . Aún es hora de llegar, Bispo. Sim, p orque hoje é quinta feira, Roberto. Y ya sabes, ya. Não foi por interesse, mas com todo interesse do mundo . Y ese horizonte de fuego : Camiño, camiño branco ... non séi para dónde vas, Najla. ¡Y la vida, que, a ratos, muestra su desnudez más bella entre blancos camiños de mar! Cristina, Bispo, Roberto, Najla: ola, horizonte, monte, arena ... caminos viejos que encuentran caminos nuevos, puro lirismo que recomiendo: Na lingua que eu falo , Najla S...
Cavaliños do demo, Cristina Cabada Xiadás - IH
Cavaliños do demo, Cristina Cabada Xiadás Chegaches á praia de Carnota. Chegaches expectante, con maletas nos ollos, na busca da paz insubmisa Soñei a praia de Carnota escrutando as túas fotografías procurando aqueles indicios de sal e de vento e devagar A luz interrompe a ollada e o mar cega os dedos neste labor de pescuda no seo das imaxes Aínda así, intúo a magnitude da túa viaxe as estacions percorridas os apeadoiros infames os hoteis con forma de bulbo onde pernoctabas Pero vexo tamén como aflora o rosario de vivencias relucentes cal libélulas que extraes coa tua cámara das beiras do océano Insectos fluviais de vó impredecible pousados agora na palma da man daquela praia 24 de agosto de 2018, Poema de Cristina Cabada Xiadás Es hermoso recibir regalos así. Gracias, Cris . Caballitos del diablo Llegaste a la playa de Carnota. Llegaste expectante, con maletas en los ojos, en busca de la paz insumisa So...
Sospiro
Carta a Josefa, mi abuela, José Saramago
En este mundo en que vivimos la carta que Saramago escribió a su abuela en 1968 me parece de plena actualidad y un buen punto de partida para una reflexión sosegada y profunda. Por eso, la he traducido al castellano y os la ofrezco a continuación. José Saramago publicó l a crónica Carta a Josefa, mi abuela en el periódico A Capital , de Lisboa, en 1968 . Años más tarde, se publicó en el libro Deste Mundo e do Outro . Ojalá su lectura os hable con palabras que sean vuestras. Texto original: José Saramago. ÍndigoHorizonte 25-08-2017, de la imagen, la introducción y la traducción . Reedición: 03-02-2024 Tienes noventa años. Estás mayor y dolorida. Me cuentas que fuiste la joven más bella de tu época — y yo te creo. No sabes leer. Tienes las manos hinchadas y deformes, los pies maltrechos. Sobre la cabeza llevaste toneladas de paja y leña, baldes llenos de agua. Viste salir el sol todos los días. Con todo el ...
Respuesta, José Hierro
Quisiera que tú me entendieras a mí sin palabras. Sin palabras hablarte, lo mismo que se habla mi gente. Que tú me entendieras a mí sin palabras como entiendo yo al mar o a la brisa enredada en un álamo verde. Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte, hace ya mucho tiempo aprendí hondas razones que tú no comprendes. Revelarlas quisiera, poniendo en mis ojos el sol invisible, la pasión con que dora la tierra sus frutos calientes. Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte. Siento arder una loca alegría en la luz que me envuelve. Yo quisiera que tú la sintieras también inundándote el alma, yo quisiera que a ti, en lo más hondo, también te quemase y te hiriese. Criatura también de alegría quisiera que fueras, criatura que llega por fin a vencer la tristeza y la muerte. Si ahora yo te dijera que había que andar por ciudades perdidas y llorar en sus calles oscuras sintiéndote débil, y cantar bajo un árbol de estío tus sueños oscuros, y s...
El amor, el vino, la ternura o el instante fugaz, aliándose en hermosa simbiosis creadora de esta belleza poética con la que nos obsequias.
ResponderEliminarÉste lugar es el de una Poeta.
¿Hay alguna publicación impresa de tu Poesía, que se pueda adquirir?
Vuela un abrazo
Querida Bisílaba: muchas gracias por tus palabras y por tu fervor. Todos mis trazos están en este cuaderno digital, o en cuadernos desperdigados por casa. Un abrazo añil para ti.
Eliminar¡Qué belleza! Feliz verano.
ResponderEliminarBesines utópicos.-
Besines y utopía, Irma.
EliminarA veces, en ocasiones especiales la vista se esponja y entonces podemos ver, oír y hasta sentir el contacto de aquello que solo parece un sueño, pero que está aun solo movimiento leve, levísimo de nosotros. Entonces sucede el milagro, ese que si es posible, que existe en nuestro aliento y que es capaz de crear una realidad a nuestra imagen y semejanza.
ResponderEliminarUna maravilla de entrada
Abrazo enorme
A veces, la vida sonríe. Otras llora. En ambos casos, somos si somos piel. Abrazo enorme, Luis, querido.
EliminarA veces cosas como: el amor, el vino y la ternura tienen la capacidad de embriagar los sentidos y nos distorsionan y modifican los colores, en otros momentos, en el instante efímero la incerteza toma la paleta de colores.
ResponderEliminarLa foto de la libélula entre cobaltos y azules -tan difuminada- demuestra que ella es consciente de la fugacidad de su existencia. El vídeo de Kaija, impresionante en sonidos de la cultura japonesa.
Besos querida amiga y, piensa lo que escribe bisílaba. Una publicación de tus trazos azules debe ser una realidad.
Mi Taty querida: no sé si las libélulas son conscientes de su naturaleza efímera, pero sé que, como tantas otras criaturas, nacen, viven, se reproducen, mueren... A veces, sus alas azules quedan flotando en el río. A veces, mientras camino por el río, recojo alas azules. Otras, las alas quedan flotando entre las piedras para luego ser parte de otros seres y volver al agua. Ahora, dime tú, mi Tatiana querida, ¿los trazos en el agua son menos trazos por ser sólo del agua? Abrazo enorme, amiga del alma.
EliminarLos colores resultan de diferentes mezclas de ondas electromagnéticas que rebotan en los objetos y que aunque entran por los ojos, es en el cerebro donde en realidad se forma o lo que es lo mismo, somos nosotros mentalmente los que percibimos potenciando o apagando la coloración de lo que nos rodea, por eso cuando estamos alegres, parece que los colores son más brillantes y más apagados cuando nuestro ánimo tira para abajo, a mi de tu imagen me impacta ese turquesa que despega de entre las sombras como una libélula de esas que tanto te gustan, en medio de esta música tan exótica y oriental que si estás embriagado de amor y vino debe sonar a chasquido de estrellas ; )
ResponderEliminarUn beso enoorme guapa!
María: la física del color tal vez difiera de la lírica del color. El color del tiempo en un ala de odonato o la melodía que va dejando ese color en el agua es parte de lo que busco cuando camino despacio. Abrazo enorme, María, querida.
EliminarBonita abstracción con esos sutiles colores. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Antonio. Abrazo.
EliminarAdivinar esos perfiles es como ver también qué hay detrás de esas hermosas palabras que los acompaña. Una maravilla. Mi abrazo con mis mejores deseos de paz y felicidad.
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