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Otoño I - IH
Cambio de estación, Al Berto - IH
CAMBIO DE ESTACIÓN , Traducción e imágenes: ÍndigoHorizonte 2013 Original: Al Berto para mantenerte vivo –todas las mañanas limpias la casa sacudes alfombras limpias el polvo y lo mismo haces con el alma– le sacas brillo riegas el corazón y el gran feto verde-granulado dejas deslizar suavemente el verano hacia el cobre luminoso del otoño y con las primeras lluvias retomas la escritura como si en ti fertilizases una tierra generosa cansada de barbecho –una tierra necesitada de aguas de sonidos de afectos para intensificar el esplendor de tu firmamento pasa una bandada de golondrinas junto a la ventana sobrevuelan el rostro que surge del mar –crepúsculo donde se volcaron las abejas incomprensibles de la memoria luceros marinos sobre la piel –peces que se ahorcan con soga de luciérnagas lanzada en este cambio de estación ÍndigoHorizonte 2013 , de las imágenes y la traducción al castellano de este poema de Al Berto qu...
... y Bach suena a lo lejos - IH
Autumn sweet harmony III - IH
Carta a Josefa, mi abuela, José Saramago
En este mundo en que vivimos la carta que Saramago escribió a su abuela en 1968 me parece de plena actualidad y un buen punto de partida para una reflexión sosegada y profunda. Por eso, la he traducido al castellano y os la ofrezco a continuación. José Saramago publicó l a crónica Carta a Josefa, mi abuela en el periódico A Capital , de Lisboa, en 1968 . Años más tarde, se publicó en el libro Deste Mundo e do Outro . Ojalá su lectura os hable con palabras que sean vuestras. Texto original: José Saramago. ÍndigoHorizonte 25-08-2017, de la imagen, la introducción y la traducción . Reedición: 03-02-2024 Tienes noventa años. Estás mayor y dolorida. Me cuentas que fuiste la joven más bella de tu época — y yo te creo. No sabes leer. Tienes las manos hinchadas y deformes, los pies maltrechos. Sobre la cabeza llevaste toneladas de paja y leña, baldes llenos de agua. Viste salir el sol todos los días. Con todo el ...
Respuesta, José Hierro
Quisiera que tú me entendieras a mí sin palabras. Sin palabras hablarte, lo mismo que se habla mi gente. Que tú me entendieras a mí sin palabras como entiendo yo al mar o a la brisa enredada en un álamo verde. Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte, hace ya mucho tiempo aprendí hondas razones que tú no comprendes. Revelarlas quisiera, poniendo en mis ojos el sol invisible, la pasión con que dora la tierra sus frutos calientes. Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte. Siento arder una loca alegría en la luz que me envuelve. Yo quisiera que tú la sintieras también inundándote el alma, yo quisiera que a ti, en lo más hondo, también te quemase y te hiriese. Criatura también de alegría quisiera que fueras, criatura que llega por fin a vencer la tristeza y la muerte. Si ahora yo te dijera que había que andar por ciudades perdidas y llorar en sus calles oscuras sintiéndote débil, y cantar bajo un árbol de estío tus sueños oscuros, y s...