Corpo no mar, Cecília Meireles
En agradecimiento a Tania
Agua densa del sueño, ¿quién navega?
Contra las auroras, contra las bahías:
barca inmóvil, estrella ciega.
Bate el viento en la vela y no la cimbrea.
- ¡No fue por mí!
Se partirán los amarres, rodarán los mástiles,
los remos se adentrarán en la arena...
Se torcerán los remos, y trazarán raíces.
- Inútil forzarlos – se arrastran, huyen
en la sombra secreta de eternos países...
¡Se tornó la vela en nube clara!
Llorarán mis ojos, mis manos correrán...
- ¡Alto y lejos! – No fue por mí...
Y apenas para
un cuerpo en la barca vacía,
a merced de las metamorfosis,
ojos virtiendo melancolía...
El viento sopla en el corazón.
¡Adiós a todos los meridianos!
Yago en un cajón.
Sobrevive el mar en mi oído...
«¡Marinero! ¡Marinero!»
(Islas... Pájaros... Puertos... – ese ruido,
- ¡El mar... El mar!... ¡El mar entero!...)
¡Mas es tiempo perdido!
Índigo (nuria p.serrano) de las imágenes y de esta versión de un poema de Cecília Meireles, Viagem, 1939.