El cuerpo no espera, Jorge de Sena
El cuerpo no espera. No. Ni por nosotros
ni por el amor. Esta senda de manos,
tan reticente cuestionándonos
la cálida sequedad satinada,
la que palpita al ser adivinada
en solitarios movimientos vanos;
esta senda en que nosotros no estamos
sino más bien una sed, un recuerdo, todo
lo que sabemos de tocar desnudo
el cuerpo que no espera; esta senda
que nada sabe, ni ve, nada
osa temer en su temor agudo…
¡Tiene tanta prisa el cuerpo! Y ya pasó,
cuando uno de nosotros o el amor llegó.
Índigo (nuria p.serrano) de la imagen y de esta versión al castellano de un poema de Jorge de Sena.