Azules
Ante el loto azul, anclé los anaqueles de la memoria; abrí la rosa de los días, pétalo a pétalo; tragué azules; saboreé rojos... Y quedé balbuciendo, con la certeza del olor acre de antaño, y musitando, con la osadía de los sonidos ávidos, apasionados y sabrosos de hogaño.
Y vacié los anaqueles para llenarlos de hojas nuevas, atadas con el delgado hilo de la memoria, frágil, de los años.
Índigo, de trazos e imagen.