El bucle de tu sonrisa


Abierta al mar,
dorada,
dulce de sal,
cuajada de dicha.

Te vi.


Mirabas.
Observabas.
Jugabas.

Te vi.



No supe, ni sé
ni sabré
nunca
 tu nombre.
Pero te vi.

Y aún late
el bucle de tu sonrisa
en mí.

Entradas populares de este blog

Carta a Josefa, mi abuela, José Saramago

Los verdaderos poemas son incendios, Vicente Huidobro

Para ser Grande, Ricardo Reis

25 de abril, Sophia de Mello Breyner Andresen

A mi casa usted vendrá, Jacques Prévert

Los verdaderos poetas son de repente, Gonzalo Rojas