Bramido en blanco y negro
Sólo musitó
un deseo: ¡desnúdame!
Atónita, ante este bramido inesperado,
no supe qué decir, ni cómo hacer.
Desconcertada, tomé la cámara
y, desde mi refugio,
disparé
para marcharme después.
Índigo, de trazos e imagen.