Seda
Yo observaba y anotaba. De soslayo. Ella frenó su vehículo frente al portalón. Ella también observó: ausencia de amarillos, agua, sol.
Yo lo anoté todo: ella detuvo su automóvil, abrió la ventanilla. Y empezó la conversación. Yo atenta las escuchaba. Luisa desgranaba la historia de la gatera; de los vecinos que la cercaban.
Entonces llegué yo. De sal y cristal, impetuosa, húmeda, curva, aferrándome a una Luisa, desarmada, hilo de sombra y sol. En la ventana, un cartón; en la gatera, un pedazo de madera, y yo, ágil, sedosa, grácil, por la mejilla de Luisa, oyéndolas a las dos.
nuria p. serrano, ÍndigoHorizonte-2012, de imágenes y trazos.
Sólo decirte que este texto tiene música, oí una música, Índigo, este texto trae consigo música!
ResponderEliminarTu texto hay que sentirlo, y saborearlo con los labios de la poesía. Así, solo queda por agradecer, que tus dedos nos regalen la belleza de una prosa, escrita con dulzura y delicadeza.
ResponderEliminarBesitos mi querida y bella amiga.
Maravillosas fotos, sí, esa puerta ha parido gatos, me encantan. Besos.
ResponderEliminary yo por la mejilla de Luisa
ResponderEliminarSi te digo que al leerte la he visto desilzarse te lo crees?
No era consciente de lo bien que escribías hasta ahora sigue haciéndolo, me encanta.
Un abrazo
Encantado de volver a visitarte. Ahora he aprovechado para disfrutar del texto y de todos sus adjetivos. Besos.
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