Otoño I



Su labrada desnudez sostenía la belleza de su piel ajada
y su cerebro.




©Índigo – 2013 (nuria p. serrano), de imagen y trazos.






Entradas populares de este blog

Carta a Josefa, mi abuela, José Saramago

Para ser Grande, Ricardo Reis

En el vórtice

25 de abril, Sophia de Mello Breyner Andresen

Que ningún otro pensamiento me doliese, Herberto Helder