A veces, cuando el fénix olvida la esencia,
el viento, que es su aliado, esparce su ceniza.
Así, devuelve a sus alas el fuego que las alienta.

nuria p. serrano, ÍndigoHorizonte 2017, de trazos e imagen.


Entradas populares de este blog

Carta a Josefa, mi abuela, José Saramago

Los verdaderos poemas son incendios, Vicente Huidobro

Respuesta, José Hierro

Para ser Grande, Ricardo Reis

Obsesión del Mar Océano, Mário Quintana