Retrato de una mujer invisible
El perro-guía,
entre ramas y arbustos,
busca el sendero.
M.A. Serrano, de la imagen y del haiku. Si quieres leer alguno más de sus haikus, no dudes en pasarte por su blog: Aprendiendo Haiku.
Muchas veces he pensado en la invisibilidad de la mujer, la impuesta desde el exterior, y la autoimpuesta. Muchas veces he pensado en la invisibilidad de la mujer que, además, es madre. Ser madre tiene muchas implicaciones, de todo tipo —que no es oro todo lo que reluce. Muchas de esas implicaciones también vienen impuestas desde el exterior; otras también son autoimpuestas. Divago. Todo esto para hablar de la invisibilidad.
El caso es que hoy es el cumpleaños de mi madre y que, hace unos segundos leía yo Una vida en palabras, Conversaciones con I.B. Siegumfeldt, de Paul Auster, y me he quedado pensando en este párrafo: "La invención de la soledad es la primera narración amplia en la transición austeriana de la poesía a la prosa, con la descripción de su padre, Samuel Auster, en "Retrato de un hombre invisible".
Me repito, y vuelvo a divagar: soledad, invisibilidad, mujer, madre, poesía. Hace una semana estuve en un paraje especial para mí y para mi madre, con ella y con mi perra, Lula. Caminábamos. Cada una con nuestra buena soledad. Mi madre iba delante con Lula. Yo iba detrás con la cámara. Cuando llegué a su lado, me enseñó uno de sus haikus. Acababa de escribirlo. Mi madre hace haikus desde hace años. Mis hermanos y yo le instamos a reunirlos en un libro y siempre dice: mis haikus no tienen calidad como para publicarlos. Yo no sé qué decirle. A veces le digo: "sí, se publica demasiado, y eso no siempre es lo más acertado, pero, aunque no publiques tus haikus, quizá acaso deberías reunirlos en una pequeña libreta...".
Todo esto para hacer un pequeño retrato de una mujer invisible: que me perdone Auster por reutilizar el título que dio a la descripción de su padre, y que me perdone mi madre por regalarle hoy un poquito de visibilidad para uno de sus haikus y para el blog donde hace años iba dejando algunos de sus hallazgos.
Un gran homenaje a esa mujer-madre hacedora de haikus de los que se escriben y de otros muchos que quedarán en su corazón y en su memoria que serán del todo invisibles.
ResponderEliminarSe lo merece, estoy seguro.
Yo, para distraerme de tanta visibilidad mentirosa, ando ahora jugando con esa invisibilidad que desde que tomamos aquel primer aliento, vive pespunteada a nuestra piel y de la que somos incapaces de encontrar ventanas por las que mostrarla a los demás.
Invisibilidad dices; tal vez esa sea nuestra única verdad.
Mostrémosla sin miedo, sin más ni más.
Un abrazo para ELLa, tu madre y otro enorme para ti.
·.
ResponderEliminarFelicidades para tu madre. Desde el 2008 haciendo haikus, buenos haikus dentro de un panorama en el que muchos creen que un haiku es algo sencillo cuando no simple. Y felicidades por su cumpleaños.
Me gustan tus divagaciones. No divagar nos puede conducir a inciertas certezas.
Todos somos algo invisibles, a los ojos de los demás, pero nunca a los ojos de los que nos quieren o respetan.
Un beso Nuria. Un post muy valiente... y bonito retrato !
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LMA · & · CR
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No podía ser menos. Eres una gran mujer y como tal, una agradecida hija. Sabes?, las divagaciones nos sientan bien, nos hacen ser lo que somos y de qué forma nos enfrentamos a la vida. De un paseo con tu madre y con Lula, nació un Haiku y también este post que ha sido de alguna forma su regalo de cumpleaños. Ella que ha sido madre y, que ha escrito sus poemas se ha invisibilizado por el sistema, por los hijos, por la sociedad. Ella ha sido y se ha entregado por amor y su habilidad o destreza ha sido relegada en pro de sus hijos. Historia repetida por los siglos de los siglos ¿verdad?. Vivimos tiempos de cambios, de salidas de mujeres por las calles exigiendo igualdad. Tal vez, es posible que los cambios sean posibles.
ResponderEliminarUn gran abrazo para ti y, para ella, tu madre.
No sé cómo el otro día no me di cuenta de este enlace y el del blog de tu madre, acabo de psarme por él, es delicioso lo que escribe, como esta entrada tuya que nunca te leí... qué maravilla! madre e hija poetas ... tu hermano no tocará el violín ¿verdad? a lo mejor hasta tú lo haces .. jaja precioso todo. Un beso inmeeenso NURIETA.. gracias y sí cielo, seguimos .. mentras no nos echen ; )
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