En tu ausencia de luciérnagas


Fruncí el ceño cuando te marchaste y masqué tu ausencia, callando. ¡Yo que creí que eras eterno! Se te arrugó la sonrisa. Se me quebró hasta el llanto. Sentenciada quedé: solo tenía 10 años. Y, un buen día (ya no recuerdo bien cuándo), la absoluta certeza: en tu sentencia, el legado: luciérnagas en los ojos, candidez en las yemas, un frunce azul en el ceño, y pespuntes de agua y libélulas en las manos.
 
IH-2011, de imagen y trazos.

Comentarios

  1. Eras demasiado joven cuando lo perdiste y además de esa forma.
    Muy dificil aceptarlo ¿no?.
    Precioos poema . Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Agosto se enlaza en tu vida, entre azúcares y sales querida Índigo. Hoy es un día para cerrar los ojos, hoy vuela la luciérnaga más allá del ojo y su visión.
    Un besito.

    ResponderEliminar
  3. e assim quem amamos vive, vive em nós amplamente e profundamente ... tão belo e silencioso post.

    beijinho em teu coração
    (amplo e profundo)

    ResponderEliminar
  4. Muy bueno el poema y como dice Sarco sobrecogedor.
    Un saludo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Al comentar, procura siempre que tus palabras mejoren tu silencio.

Entradas populares de este blog

El pájaro cierra los ojos, Cristina Cabada - IH

Han de juntarse los cuerpos con las almas, Cristina Cabada Giadás - IH

... y Bach suena a lo lejos - IH

Cambio de estación, Al Berto - IH

Autumn sweet harmony III - IH