El olivo sabe
No sabe
el olivo de penas viejas.
Ni de penas nuevas.
Se yergue, se hunde, se nutre.
Y espera, ungido,
la quintaesencia.
Ni de penas nuevas.
Se yergue, se hunde, se nutre.
Y espera, ungido,
la quintaesencia.
nuria p. serrano, ÍndigoHorizonte 2013, de imágenes y trazos.