Dedicatoria, Nuno Júdice
DEDICATORIA
(Traducción: ©Índigo-2013 (nuria p. serrano), Original: ©Nuno Júdice)
(Traducción: ©Índigo-2013 (nuria p. serrano), Original: ©Nuno Júdice)
Para ti, de
cuerpo abierto como la taza del
horizonte, donde
se derrama el vino fresco
de la madrugada,
es el poema que los dioses
olvidaron en
una antigua encrucijada. Te leo
con la voz
del viento cada una de sus
palabras; y
ellas se sueltan del verso, como insectos
luminosos,
robando a tus ojos un
escenario de claros
y colinas.
En el suelo,
donde la toalla del amor se extiende,
nacieron las
flores inextinguibles de la mañana. Cuento
sus pétalos en
un ejercicio de lenta
matemática,
dando color a cada número; y
tus dedos se
tiñen de su fulgor,
robando a la
tierra los verdes que la primavera
declina, y al
cielo los tonos de azul con que
el verano
llenó tu sombra.
Sacrifico al
rigor de la imagen el perfil
que la
transparencia sueña; y saboreo el agua
fresca del riachuelo
que corre en tus labios,
cuando me hablas,
y todas las aves se juntan
en tu regazo
de nube. Después, cae lenta la túnica
de la tarde; y
un resto de melancolía envuelve
el gesto que
hace madurar el deseo,
como un
fruto, cuando los cuerpos caen.
Tú, cuyas manos
se liberan del espejo,
diseñando la línea que el sueño atraviesa.