En la extrema claridad, António Ramos Rosa
Leve prodigio vegetaciones
dispersas
de calidad incierta
mas feliz
Ella aparece cuando aparece
ella fluye se desliza se eleva
y el temblor es exacto en su ápice
Un ala dispersa los nombres
el haz se hila hasta la blancura
su desaparición es vertical
Una vibración suave (tal vez ella)
de la luz en la exactitud completa
Quien la conoce
conoce la simplicidad extrema
la desnudez de la claridad primera
Se estremece se estremece cuando
la vibración del mundo
se refleja en otra luz incierta
que la reclama en su cuerpo incierto
Si es aquí el cuerpo la exaltación de la tierra
el centelleo de un cuerpo sumergido
aceptación del agua
en la transparencia tranquila
de otras palabras que se inclinan
El temor de sus ojos el temblor
de su cuerpo las líneas
paralelas sombrías
donde se oculta el seno y el agua viva
Se reparte se divide mas entera
se extiende entre las columnas
prosigue un viaje inmóvil en una nube
Si la figura atraviesa los declives
desciende los peldaños hasta la luz más rasante
si leer ahora es el vestido y la sombra
la transparencia del animal en la sombra
Ella es piedra en cada palabra y fulgor
silencioso
de un torso que avanza en transparencia aérea.
Poema original de António Ramos Rosa, en Gravitações, editorial Litexa. Nuria Pérez Serrano, de esta versión al castellano. No es la primera vez que traigo poemas de António Ramos Rosa, como podéis ver si pincháis en las entradas siguientes:
La sabiduría
Quiero dormir en el agua de las palabras
Donde los dioses se encuentran
Creo en las palabras
Mi cuerpo espera
Para dar al rostro la sustancia suave
Algunos sonidos
Si la lectura de sus poemas me gusta -y si me gusta traducirlos- es porque hablan de luz, de claridad, de todo aquello que es naturalmente y que estalla. Ahora, además, se acerca un congreso sobre su obra: si os interesa, podéis informaros aquí.
La sabiduría
Quiero dormir en el agua de las palabras
Donde los dioses se encuentran
Creo en las palabras
Mi cuerpo espera
Para dar al rostro la sustancia suave
Algunos sonidos
Si la lectura de sus poemas me gusta -y si me gusta traducirlos- es porque hablan de luz, de claridad, de todo aquello que es naturalmente y que estalla. Ahora, además, se acerca un congreso sobre su obra: si os interesa, podéis informaros aquí.
Precioso.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Amapola. Abrazos.
EliminarEste es el epicentro de la insondable quietud
ResponderEliminarLuz inalterable
Belleza
Besos, Nuria
Eso buscaba. Eso. Abrazos, Pilar.
EliminarLa exaltación del color, de ese tono que has puesto en el fondo, en lo que sería la intención, para luego rebajar esta y alcanzar el equilibrio y de ahí llegar de nuevo a esa otra intención un tanto más matizada, casi como sucede en algunos momentos en la vida misma. Un placer para la mirada. Abrazo grande
ResponderEliminarBuscaba el corazón de la flor. Pegué la cámara lo más que pude, sin dañarla. Intenté fundirme con ella. Y me lo mostró. Abrazo enorme, Luis.
EliminarMe pongo al día y sigo admirando todo lo que tu exquisita sensibilidad nos ofrece.
ResponderEliminarGran abrazo.
Abrazo grande, Isabel.
Eliminar·.
ResponderEliminarSi cabe, tus fotos son cada vez más impresionantes. Llenas de sensibilidad.
Un beso Nuria
.·
LMA · & · CR
Abrazo, Alfonso. Me alegro de la vuelta a tu horizonte.
EliminarPara estremecerse y vibrar mirándola.
ResponderEliminarBesos
Preciosa entrada, el texto y la imagen son deliciosos,un abrazo
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